miércoles, 8 de abril de 2009

Harold Dwight Lasswell (1902-1978)

Sociólogo estadounidense. Se dedicó principalmente al estudio de la influencia de los medios de comunicación y de información de masas en el proceso de creación de la opinión pública, un tema clave para la sociología contemporánea en las sociedades industriales y postindustriales.
Nació en Donnellson, Illinois, en 1902, hijo de un pastor protestante. Alumno aventajado de enseñanza secundaria, obtuvo una beca para estudiar sociología en la Universidad de Chicago, donde muy pronto mostró sus especiales dotes para la investigación y obtuvo el título de doctor a los 24 años (1926), con una tesis sobre la propaganda en la Primera Guerra Mundial. Concluida la carrera, viajó a Europa, donde estudió en la London School of Economics y en centros académicos de París, Ginebra y Berlín. En su formación se advierte la influencia, entre otros, de Dewey, Mead, Freud, Havelock. Está considerado como uno de los fundadores de la psicología política. Se inició en la docencia en la Universidad de Chicago, como profesor de ciencia política (1926-1938), antes de trasladarse a la Universidad de Yale y desarrollar otras actividades académicas en el John Jay College de la City University de New York y en la Temple University. Fue director de investigaciones sobre comunicación en tiempo de guerra en la Biblioteca del Congreso norteamericano (1939-45) y trabajó en el Institute for Propaganda Analysis (Instituto para el Análisis de la Propaganda) (1937-41), encargándose de la edición la revista mensual, en la que se recogieron numerosos trabajos de análisis de contenido sobre textos propagandísticos aparecidos en el período de entreguerras mundiales. Perteneció a la prestigiosa Comisión Hutchins (1946), que estudió la libertad de prensa en Estados Unidos y desarrollo la doctrina sobre la responsabilidad social de la prensa. Profesor de la Fundación Ford, concluyó su vida académica como emérito del Bramford College (1970-1976). En este mismo año publicó una obra en 3 volúmenes, junto a Daniel Lerner y Hans Speier, -Propaganda and Communication in World History- (Propaganda y Comunicación en la Historia del Mundo). Su tesis doctoral fue publicada cuando Lasswell contaba 25 años -Propaganda Technique in the World War I -(Técnica de la Propaganda en la Primera Guerra Mundial) (Nueva York, 1927), a la que siguió, en 1930, -Psychopathology and Politics,- (Psicologías y Políticas) donde aplica conceptos de psicología clínica al estudio de los actores políticos, económicos y religiosos. Posteriormente, se centra en la investigación aplicada en los campos de la propaganda política y la comunicación masiva, en los que se centrará buena parte de su muy amplia obra. En 1935, apareció -World Politics and Personal Insecurity y Propaganda and Promotional Activities- en 1936 (Mundo Político e Inseguridad Personal; y la Propaganda y Actividades de Promoción), -Propaganda and Dictatorship-, (La propaganda y la Dictadura) y, dos años después, -Propaganda in the World War- (Propaganda en la Guerra Mundial). Con este libro inicia la investigación con el análisis de las interrelaciones entre audiencias y efectos desde una marcada posición funcionalista. El funcionalismo intenta producir un sistema de conocimiento objetivo que sea capaz de formular condiciones de equilibrio y autorregulación social (homeostasis). Se cree que el funcionamiento propio de una sociedad democrática y su equilibrio se sostiene confiando en las instituciones y la reificación de lo existente como ya dado objetivamente. En las tres premisas siempre hay una parte de la realidad social que queda fuera de campo, ya que el funcionalismo tiende a instrumentalizar a la sociedad. De este modo, el carácter social del sistema institucional queda diluido con su naturalización y los elementos intersubjetivos que tienen que ver con los conflictos sociales. Con esta temática volvería en plena Segunda Guerra Mundial con -Propaganda, Communication and Public Opinión- (Propaganda, Comunicación y Opinión Pública) en (1946).
Su trabajo como investigador y publicista en el análisis de la propaganda, fue en un período marcado por las tensiones mundiales de entreguerras y la preocupación por los efectos de las mediaciones periodísticas en la formación de la opinión pública. Desde esta perspectiva política, que le situó en el núcleo de investigación de la CIA, estudió las relaciones entre persuasión y comunicación. La gran contribución teórica de Lasswell viene dada por la delimitación que hace del campo conceptual y el trazado de los ejes definidores de la acción comunicativa. Cabe destacar que Richard Braddock publicó en 1958 una 'extensión' de esta formula -"An extensión of the Lasswell Formula"-, en la que trata de hallar una interacción entre estas dos partes. Así, cree que la intencionalidad del mensaje es un elemento definidor del mismo, como también las circunstancias en las que éste se produce.
El 'paradigma' o 'fórmula' de Lasswell, a pesar de los años transcurridos y de haber sido superado por visiones analíticas concordantes con un nuevo paisaje histórico y mediático, sigue conservando muchas de aquellas virtudes que permitieron el despegue de los estudios sistemáticos de la Comunicación en Norteamérica, a partir de los modelos sociológicos organicistas y funcionalistas. Así pues los medios de comunicación se convierten en un elemento de equilibrio en la biología social, por lo que el conocimiento de las técnicas persuasivas y de información permitía desplegar con eficacia las funciones inductivas sobre los individuos, creando pautas de conducta, actitudes y comportamientos. Entre las funciones de la comunicación, destaca la de vigilancia y control del entorno, la transmisión de los valores de identidad de una cultura, la cohesión social, etcétera. Entendiendo a la persuasión informativa y la propaganda, no lejos de los ideales de Walter Lippmann, como la inducción de aquellos valores que permiten a los gestores de una sociedad conducir a sus ciudadanos hacia los mejores objetivos de progreso y libertad. Para Lasswell, este proceso de comunicación en la sociedad realiza cuatro funciones: a) vigilancia del entorno, revelando amenazas y oportunidades que afecten a la posición de valor de la comunidad y de las partes que la componen; b) correlación de los componentes de la sociedad en cuanto a dar una respuesta al entorno; c) transmisión del legado social; d) entretenimiento. El ordena, acota y define los grandes espacios de estudio, superando los planteamientos precedentes, pero no llega a establecer las interacciones entre las partes, como por ejemplo entre el emisor (lo denomina 'comunicador') y el receptor, ya que la audiencia aparece aún desdibujada en un todo cuasi uniforme, destinataria de un flujo unidireccional, aunque sí atribuye efectos distintos en función de los medios empleados. Hay en su trabajo numerosas aplicaciones sobre el espacio del '¿qué dice?', esto es, del mensaje, a través de depuradas técnicas de análisis de contenido centradas en los textos propagandísticos del período de entreguerras. También apunta hacia los efectos. A partir de aquí se abre una línea de investigación de los efectos, que tanto vale para estudiar cómo se produce la creación de influencia como para conocer los mecanismos más eficaces para persuadir a través de los medio, aunque se aparta de la contextualización social e histórica en la que aquellos se producen. Influido por las teorías conductistas, Lasswell supera, en buena medida, las posiciones previas sobre la linealidad estímulo-respuesta de la comunicación, conocidas como la 'bullett theory' o teoría de la 'aguja hipodérmica', al tiempo que abre nuevos espacios a la investigación. Esta teoría es altamente reconocida con las siguientes interrogantes. ¿Quién dice qué? ¿A través de qué canal? ¿A quién? ¿Con qué efecto? Son las preguntas según las cuales puede desarrollarse una forma apropiada para describir un acto de comunicación. Permitiendo de esta forma enfocar diferentes tipos de estudio comunicativo: los emisores, aquello por ellos difundido, el contenido de los mensajes, el análisis de los medios, y por supuesto, la incidencia en las audiencias. Es preciso recordar, también, que para Lasswell la comunicación es intencional y con un fin; que los procesos de comunicación de masas son asimétricos entre un emisor activo y una masa pasiva. Contrario a esto, este modelo se convierte en entonces en una disyuntiva: “en efecto, si para la teoría conductista el individuo sometido a los estímulos de la propaganda sólo podía responder sin resistencia, los sucesivos estudios de la “communication research” (investigación de la comunicación) coinciden en explicitar que la influencia de las comunicaciones de masas está mediatizada por las resistencias que los destinatarios ponen en juego de distintas formas. Mas, sin embargo, el paradigma lasswelliano de la comunicación ha logrado proponerse como paradigma para estas dos tendencias opuestas de investigación”. El de Lasswell es el modelo de las preguntas; interrogar es su modo de explicar; o por lo menos de exigir y buscar una explicación. Su reflexión sobre la comunicación, acusada de concentrarse en los efectos es, a la vez, una reflexión amplia que abre caminos hacia el desarrollo de la reflexión e investigación en comunicación. En este caso se trata de propuesta y método en simultaneidad; pregunta y explicación, búsqueda y encuentro.


Bibliografía


  • "El uso de los discursos de los medios de comunicación", a Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica, núm.4, 1995, pp.201-210.

  • Teorías de la comunicación. Ámbitos, métodos y perspectivas Servei de Publicacions de la UAB, Bellaterra (Barcelona) 2001, 235 páginas.
  • Los medios de comunicación ante el terrorismo. Icaria, Barcelona, 1989.
  • La construcción de la noticia. Paidós, Barcelona, 1993.

  • Los modelos de la comunicación. Tecnos, Madrid, 1995.

Autor: Aref Mohammad
C.I.- 7.487.570
Sección: 02

No hay comentarios:

Publicar un comentario